miércoles, 13 de febrero de 2013

Nada se opone a la noche


Cuando eres novelista y tu madre se suicida, escribir sobre ella debe ser la forma natural de responder ante tal circunstancia, la manera de tratar de revivirla, de recuperarla de alguna manera, de ser capaz de comprenderla y de buscar las razones a lo que no es explicable muchas veces. Y eso es lo que hace Delphine de Vigan en este libro "Nada se opone a la noche" donde realiza una revisión de su vida pero fundamentalmente de la de su madre, Lucile, y de la de toda su familia a la búsqueda del origen de la enfermedad mental que Lucile arrastró toda su vida y que la llevó hasta su trágico y casi esperado final. Ajusta así cuentas con los hechos de sus vidas, pero su objetivo no es buscar culpables, sino comprender, darle sentido a través de la revisión de las relaciones familiares de Lucile con sus padres, con sus hermanos y con sus propias hijas, tratar de descubrir si hubo algo concreto que causó su caída, si algo se podía haber evitado, si sus vidas podrían haber sido de otra manera.

Comienza la novela con el retrato de los padres de Lucile, George y Liane, y la hermosa y numerosa familia que fundan en un ambiente de libertad, de alegría, de inquietud cultural, con unos estrechos lazos fraternales, conformando la imagen de una familia prácticamente ideal, tanto que incluso los hijos trabajan habitualmente como modelos publicitarios, especialmente la hermosísma Lucile. Pero sin embargo, pronto la desgracia golpeará dura y repetidamente a la familia: la muerte de varios hijos marcará dramáticamente las vidas y las relaciones de los hermanos e incluso sus personalidades y su forma de ver el mundo. Liane mantendrá su actitud de madre amorosa y generosa acogiendo a sus hijos siempre en el hogar familiar, mientras que el atractivo y sociable George va perdiendo el poder de fascinación que todos sus hijos admiran. Las vidas de los distintos miembros de la familia se ven afectadas por el drama, por los vacíos dejados por los hijos y hermanos fallecidos. Pero estos dramas que cada uno vive según su edad y su posición en la familia, será sólo parte de la realidad, a la que se sumará la sombra de los abusos y finalmente la enfermedad mental y el suicidio de diversos miembros de la familia.

La autora va alternando el relato de la historia familiar con el proceso que le lleva a la escritura de la novela; la acompañamos a lo largo de la investigación, de la recopilación de documentos, de diarios, cartas, las conversaciones con sus tíos, los distintos puntos de vista sobre los acontecimientos familiares, la escucha de antiguas grabaciones y sus propias vivencias y las de su hermana. La reconstrucción de la historia familiar siempre revela una cara oscura, algún aspecto que se oculta a alguno de sus protagonistas. La autora muestra su determinación por contar la verdad a pesar de lo dura que esta pueda resultar, a pesar del dolor que esta provoque, pero se empeña en bucear en las raíces de la enfermedad mental de su madre, de su forma de convivir con ella; nos relata las épocas malas pero también las buenas, las épocas doradas y las caídas en el infierno, los ingresos psiquiátricos pero también la alegría de Lucile, su generosidad, su don de gentes, su compleja personalidad, su enorme afán de superación, e igualmente la presenta como una madre enormemente amorosa pero incapaz de cumplir con el papel de sustento y base firme para el crecimiento personal de sus hijas que muy pronto tuvieron que asumir unas responsabilidades y pasar por unas vivencias que no eran las que deberían corresponderles para su edad.

A pesar de ser una novela dura por los hechos dramáticos que en muchas ocasiones se relatan y por  la sinceridad de la autora a la hora de desvelar las miserias de su familia, también rezuma constantemente un gran amor hacia su madre y el importante papel de la vida familiar, se reviven momentos dulces y alegres, se muestra el ambiente de total confianza y acogida generosa que todos los que pasaban por la casa familiar recibían, donde a cada uno se le aceptaba tal y como era, destacando el entrañable personaje de Tom, el tío más joven de la autora nacido con síndrome de Down y al que sus padres se esfuerzan en convertir en una persona feliz, autónoma y valiosa en la familia. Delphine de Vigan es capaz de hacer las paces con su pasado y acabar presentando, a pesar de todo, el lado más luminoso de su madre: sus mejores virtudes y su lucha por llevar adelante su vida lo mejor que pudo. Creo que, finalmente, el libro cumple con los dos objetivos de su autora: es una terapia absoluta de aceptación del pasado para poder enfrentar el futuro y a la vez un homenaje inmenso a la figura de la madre.

8 comentarios:

  1. Creo haber visto hace poco una reseña de este libro que ya me dejó con curiosidad. La tuya me deja la certeza de que quiero leerla.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  2. Me apetece mucho leer este libro, es cierto que es un tema duro pero así y todo me apetece, y bueno, después de tu reseña, más ganas me han entrado todavía de acercarme a esta historia. Besos.

    ResponderEliminar
  3. Me llamó mucho la atención cuando la vi por primera vez así que me confirmas que quiero leerla a pesar de lo dura que pueda ser la historia.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado tu reseña, Inmaculada. Lo he leído hace un par de meses y me impresionó por la sensibilidad con la que trata todo el tema. Es el segundo libro que leo de la autora y creo que leeré pronto el que me falta porque me gusta mucho su forma de contar las historias. Besos

    ResponderEliminar
  5. Me parece una lectura a tener muy en cuenta y la reseña me ha gustado muchísimo. Espero hacerme con ella. Besos

    ResponderEliminar
  6. Me llama mucho la atención. No lo conocía así que me lo apunto ahora mismo.
    Besos!

    ResponderEliminar
  7. No lo conocía, pero con tu reseña has conseguido picarme la curiosidad, creo que puede gustarme. Muchos besos.

    ResponderEliminar
  8. Me pareció maravilloso su escritura: cruda y triste, pero esperanzada. Entran en los libros que los demás no deben dejar de leer...

    ResponderEliminar