miércoles, 8 de agosto de 2012

È una vita che ti aspetto

Estaba oyendo hablar mucho en los últimos meses de este autor italiano, Fabio Volo, por una par de novelas que últimamente están siendo bastante bien acogidas entre los lectores, con lo cual, cuando cayó en mis manos esta obra suya de título “È una vita che ti aspetto”, no dudé en ponerme con ella para comprobar si las alabanzas hacia este joven autor estaban justificadas. Y tengo que decir, así, a grandes líneas, que sí que lo están.

La historia de la novela nos la cuenta en primera persona Francesco, un joven al que todo le sonríe: tiene un buen trabajo, un estupendo apartamento, un coche último modelo, sus amigos, sus novias… pero últimamente algo no funciona bien, se siente enfermo, un malestar general le invade y no sabe identificar su origen, se encuentra en una situación de hastío, de no encontrar sentido a la vida, a un paso de la depresión. Acude por ello a visitar a Giovanni, el médico de la familia, y éste, tras hacerle varios análisis y reconocerlo, le hace ver que lo que tiene no es mortal de necesidad, como el hipocondríaco Francesco cree, lo que le ocurre es que, más que miedo a morir, lo que Francesco padece es miedo a vivir, a vivir plenamente. A pesar de tenerlo todo no se siente libre, es prisionero de sí mismo, no disfruta con su vida, sino que la teme, aplaza lo importante, trivializa sus relaciones, no se compromete...

 “Es todo mucho más simple. Si quieres ser feliz, si quieres ser libre, aprende a amar. A amar y a dejarte amar” 

A partir de ese momento Francesco decide cambiar por completo su actitud. Comienza por entender que ha de empezar por quererse a sí mismo para, a continuación poder querer a los demás porque vivir supone implicarse y para eso hay que sentir, hay que ser capaz de controlar la propia existencia, saber qué se quiere alcanzar. El protagonista descubre su vida donde antes sólo había una existencia material. Inicia un proceso de interiorización para encontrar lo mejor de sí mismo y empezar a mirarlo todo con otros ojos, se replantea su relación con las mujeres, con sus padres, con sus amigos, e inicia una especie de romance consigo mismo que le lleva a preocuparse por su salud, deja de fumar, descubre que es capaz de pasar tiempo solo, que no necesita del ruido constante del exterior. Se da cuenta de que vive esclavizado por tantas cosas que en principio se consideran símbolo de libertad, cuando la verdadera libertad la va a encontrar siendo capaz de renunciar a ellas y disfrutando con lo esencial.

Estoy convencida de que en manos de algún otro autor esta novela se podría haber convertido en un hit del new age, en uno de esos manuales de autoayuda donde el poder de la mente vence las dificultades... pero en este caso no tiene nada que ver con todo eso. La revisión que Francesco hace de su vida está plagada de humor, el lenguaje que emplea el autor es fresco y absolutamente carente de pretensiones, con mucha ironía retrata a la perfección algunas escenas que resultan del todo cómicas, sin pretender ser humorístico; es una visión realista de muchas cosas que, si las analizamos fríamente, resultan ridículas, de muchas situaciones o hechos que consideramos normales hasta que nos paramos a verlas desde fuera.

El estilo es más cercano al diario de Bridget Jones que a otra cosa, el protagonista se ríe de sí mismo y esto ayuda a que no sea una obra seria ni con ínfulas de moralizar, sino un divertido recorrido por una vida muy parecida a la de muchos jóvenes actuales que basan su felicidad en el tener y el parecer y que cuando se encuentran a solas consigo mismos sólo encuentran el vacío. Ha habido un capítulo en particular, “La florista”, en el cual nos narra cómo Francesco conoce a Ilaria y se enamora de ella a primera vista que me ha parecido sublime: divertidísimo (como que me he reído en voz alta, cosa que no es muy frecuente en mí), vivísimo en el realismo de las escenas que describe y más aún, rebosante de alegría de vivir y donde se plasma la verdadera felicidad que proporciona el descubrimiento del amor. Si alguien se tropieza con el libro en algún lugar o lo tiene por casa y no tiene tiempo para incluirlo en sus próximas lecturas, le recomiendo sólo que lo abra por este capítulo 13 y compruebe cómo es posible enamorarse fulminantemente en unas pocas páginas y contarlo así de bien.

2 comentarios:

  1. Sólo he leído un libro de este autor, La primera luz de la mañana, y me gustó mucho su estilo y sus reflexiones. Este libro no lo conocía, y por lo que dices, tiene muy buena pinta. Tendré que anotarlo, que me has dejado con ganas.
    Besotes!!!

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  2. No he leído nada de este autor, pero tu reseña ha logrado llamarme la atención y la historia del libro creo que puede gustarme. Me lo apunto. Muchos besos.

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